POR EL LAGO MALAWI

Malawi es uno de los paises más pobres del Africa, con espantosos indicadores sociales y, como es la norma en el Africa subsahariana, con un enorme porcentaje de población rural. A pesar de no haber experimentado las calamidades que sufrió Mozambique, manteniéndose apartado de la hostilidad de los regímenes racistas de la región gracias a la complicidad que el dictador Hastings Kamuzu Banda exhibió durante los 30 años de su autocrático gobierno, no por eso logró convertirse en un país con mayor desarrollo socioeconómico. Sin embargo, esa política le evitó catástrofes mayores. Kamuzu Banda consiguió mantener un precario equilibrio entre la solapada colaboración con Sudáfrica y Rodesia y una moderada participación en los intentos de colaboración mutua entre los hostigados países independientes de la región.

Una pareja de ciclistas franceses que encontramos en los primeros días de pedaleo por Sudáfrica nos había advertido de lo insoportable que podía ser el permanente pedido de plata que acostumbran, casi como norma, los niños de Malawi cuando ven un "mzungu". Nos había parecido un tanto exagerado pero pudimos comprobar personalmente su veracidad. De todos modos, que un grupo de niños corra a nuestro lado, mientras le diera el aire, no es tan molesto como los infinitos chantas y vendedores que se nos pegaban.

En Malawi nos llevamos al sorpresa de habernos contagiado malaria (paludismo), casi seguramente contraida en la zona del Zambezi en Mozambique. Como estábamos tomando regularmente la medicación preventiva (mefloquina), la malaria se nos manifestó como una gripe leve, que no identificamos con la enfermedasd hasta que la detectaron con una análisis de sangre en un hospital de Blantyre. El tratamiento duró tres días, tomando otras pastillas, y no nos impidió continuar con nuestro viaje.

Malawi ya se encuentra en pleno Valle del Rift, la gran fractura geológica que atraviesa el oriente del continente, por lo cual es un país montañoso. El gran lago Malawi o Nyassa es parte de esta fractura. Se trata de uno de los lagos más grandes de Africa y del mundo, que llega a tener casi 800 km. de largo y profundidades casi oceánicas, hasta los 700 metros.

Saliendo de la ciudad de Blantyre nos dirigimos hacia Zomba, la antigua capital colonial inglesa, una ciudad pequeña al pie del Zomba Plateau, una meseta que llega a tener 2000 metros de altitud. De Zomba nos dirigimos hacia Liwonde, donde visitamos el Liwonde National Park, navegando en canoa por el río Shire, que une el lago Malawi con el río Zambezi. En esa travesía pudimos observar decenas de hipopótamos a corta distancia.

La travesía por Malawi siguió por zonas más llanas, siguiendo el curso del Shire, atravesando, como es norma ya, una serie interminable de aldeas, aldehuelas y casas campesinas, perseguidos por los niños en sus uniformes azules de colegio y sus gritos de "mzungu!", los bicitaxis con sus conductores matándose para pasarnos y de paso echar una mirada, los gritos en chichewa, en fin, la experiencia de todos los días en esta parte de Africa. Pasamos por la ciudad de Mangochi y llegamos a la costa del lago Malawi, donde acampamos en un lodge que, además de sus carísimas piezas, tenía espacio de camping. Sin embargo, en el camping, a diferencia del lodge, no filtraban a los pesados que intentaban vendernos pinturas prefabricadas, cocinarnos chambo (típico pescado del lago) o directamente pedirnos plata.

Al otro día llegamos a Monkey Bay, el puerto en el cual tomaríamos el Ilala, el vetusto pero seguro barco de construcción británica que desde hace más de medio siglo surca las aguas del lago. La navegación duró casi tres días, pasando por muchos diminutos puertos donde subía y bajaba gente cargada de bultos hasta lo inimaginable, incluyendo la costa mozambicana del lago. En cada uno de estos puertos, la tripulación bajaba los botes y hacía varios viajes a la costa, en una operación que nos demoraba alrededor de dos interminables horas. Cuanto más al norte, más aislados eran los pueblos de pescadores, y los pobladores se acercaban al barco montados en canoas hechas de un solo tronco ahuecado.
En estos días permanecimos en la cubierta del barco (la "first class"). Durante las noches llovió, y en una de ellas bajamos a dormir al restaurant junto con otros cuatro o cinco "mzungus" que también viajaban en cubierta.

Finalmente llegamos al puerto de Chilumba, donde retomamos la pedaleada rumbo al norte. Pasamos por Karonga, donde fueron encontrados los restos fósiles más antiguos correspondientes al género Homo, el Homo Rudolfensis, de 2,5 millones de años de antiguedad. Junto con el Malawisaurus, el dinosaurio local, sus réplicas se encuentran expuestas en un museo financiado desde Alemania.

El último día en Malawi nos encontró pedaleando por un terreno bastante llano y verde, ya alejándonos de la costa del enorme lago. Nos cruzamos con una pareja de ingleses que recorrían Africa en un viejo auto Morris británico modelo 1958, con una carpa estructural preparada para armar en el techo.

Finalmente, hacia el mediodía, llegamos a la frontera de Tanzania, el octavo país del recorrido. La visa nos costó 50 U$S a cada uno, que hubo que pagar en verdes billetes porque no aceptaban en su propia moneda, el Schilling de Tanzania. Cosas del Africa.

Ver las fotos del recorrido por Malawi hasta el pueblo de Monkey Bay.
Ver las fotos de la navegación por el lago Malawi.


























































































































































































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